lunes, 21 de diciembre de 2015

Entrevista en La Tribuna de Toledo.«Con los préstamos de libros electrónicos, las editoriales nos ven como una competencia»

director de la biblioteca

Sánchez: «Con los préstamos de libros electrónicos, las editoriales nos ven como una competencia»

i. p. nova | TOLEDO - lunes, 21 de diciembre de 2015


Juan Sánchez Sánchez, natural de Toledo (1952), es el Director Gerente de la Biblioteca de Castilla-La Mancha. Un apasionado de la lectura que defiende el valor de las bibliotecas como derecho fundamental de la ciudadanía. Sin miedo a decir las necesidades de la institución que preside, ha pasado por puestos en gobiernos de izquierdas y de derechas. El director de la regional tiene claro que cuando hay pasión por hacer las cosas bien no hay nadie que te «baje del carro».
¿Qué proyectos tiene la Biblioteca Regional de cara al próximo 2016?
Tenemos una fecha mágica que es Cervantes con el cuarto centenario de su muerte. Con ese motivo, la biblioteca hará una gran exposición que se inaugurará el día 23 de abril, fecha de su fallecimiento. También habrá conferencias y cosas así relacionadas con su figura. Por otro lado, tenemos un proyecto emblemático que es el que conecta, mediante leyendas, jóvenes con territorios. Es un proyecto que hemos conseguido que sea seleccionado por la UNESCO y el CERLAC que es el Centro para la promoción de la lectura en Iberoamérica coordinado por la UNESCO. Se han seleccionado diez proyectos y éste es el único que corresponde a una biblioteca española, osea que estamos muy orgullosos. Ahora estamos con el reto de que este proyecto sirva para atraer a los jóvenes a las bibliotecas a través de las leyendas de Toledo y de la región, queremos acercarnos a nuevos sectores, de esta forma y con un montón de actividades que comenzarán en enero. Además, queremos seguir consolidando las políticas de lectura con los niños. Tenemos la suerte de que funciona muy bien. El verano pasado pusimos en marcha cinco clubes de lectura infantiles, que no teníamos ninguno, y la respuesta fue tan buena que ahora mismo tenemos diez clubes de lectura infantil, además de la Bebeteca. En esto hemos conseguido una alianza con la Fundación Caja-Rural para que apoye a los clubes de lectura infantiles.
Un proyecto al que se ha unido el Ayuntamiento de Toledo recientemente...
Sí. Este proyecto tiende un puente a Iberoamérica, en concreto a la red de biblioteca de Medellín en Colombia. Es un proyecto que va a permitir hacer clubes de lectura virtuales con jóvenes de Castilla-La Mancha y se implicará a los medios docentes y otras organizaciones. Para nosotros es muy importante ir sumando porque así atraemos a nuevos sectores.
Imaginamos que también seguirán con el proyecto de Biblioteca Solidaria y todos sus clubes de Lectura...
Sí. Este es un proyecto para los sectores en exclusión social que poco a poco va avanzando. Ahora mismo estamos recogiendo alimentos y hemos abierto un club de lectura con personas que van al albergue de Cáritas. Tenemos clubes también con personas con discapacidad cognitiva, visual, estamos acercándonos a Residencias de Mayores, al Hogar 2000 de Cáritas, al Hospital Provincial...
También van a comenzar un club de lectura en el Hospital Nacional de Parapléjicos. Un reto.
Es un club de lectura muy especial. Funcionará con los enfermos parapléjicos y también con sus familiares. Ya tenemos voluntarios para hacerlo y actualmente los estamos formando. La verdad es que es un verdadero reto porque son personas que, en ocasiones, no pueden ni leer o sujetar el libro. Tenemos una voluntaria haciendo lectura a una tetrapléjica e intentando que la lectura le ayude como motivación en su vida. Eso son palabras mayores, la lectura puede ayudar a una persona a salir de la tristeza y del abismo de la enfermedad.
¿Cuántos clubes de lectura hay ahora mismo en la biblioteca?
Creo que en estos momentos tenemos unos 35. Son diez de niños, tres de jóvenes, cuatro de personas con discapacidad cognitiva, el de Cáritas, el del Hospital Provincial con su unidad de Psiquiatría, y los más de 20 que tenemos con adulto. Son una maravilla porque son un medio para construir lectores estables que se apasionen por la lectura. Son de nuestros programas estrella aunque no es vea mucho.
La Biblioteca tiene un carácter regional. ¿Qué proyectos enfoca en ese aspecto?
Tenemos una biblioteca digital de Castilla-La Mancha y queremos hacer una base de datos de autores de la región, así como de la prensa histórica de Castilla-La Mancha. Son muchos proyectos que queremos que la biblioteca lidere pero que esté en comunión con el resto de provincias. ¡Queremos ser líder de proyectos a nivel regional! Uno de los temas que nos apasiona y que queremos crear es la catalogación de carteles que tenemos desde 1958 y que no están a disposición de los usuarios. Queremos ponerlos a disposición de los usuarios porque ahí está la vida de nuestra gente.
Al final hablamos del Alcázar pero es la cabeza visible de una gran red que se extiende por las cinco provincias.
Nuestro Alcázar son dos bibliotecas, la pública del Estado en Toledo y la regional. Funcionan como una. En lo que respecta a trabajar como cabecera regional unificamos las casi 500 cabeceras de las cinco provincias. Uno de los temas estrellas que tenemos es un catalogo colectivo. Es muy importante porque cualquier usuario puede conocer los fondos que tenemos en cualquier biblioteca. Un usuario de Toledo puede acceder mediante un préstamo gratuito a un libro de Cuenca. Pero, ademas de la dirección de este catálogo, tenemos otros instrumentos técnicos para avanzar en temas como la formación, catalogación, digitalización... Asimismo, tenemos algunos proyectos que hemos empezado nosotros pero que queremos contar con las otras bibliotecas, por lo menos las más grandes, en aspectos colaborativos.
En el caso de Toledo éste no es el único centro dedicado a la lectura. También existen las bibliotecas municipales, gestionadas por el Ayuntamiento. ¿Hasta que punto están en sintonía con estos organismos?
Las cuatro bibliotecas municipales están en el catalogo y están en la red. El año pasado pusimos en marcha una iniciativa novedosa gracias a la cual se pueden devolver libros de la regional en los centros municipales de lectura. Es un servicio gratuito y que nos ayuda a llegar a todos los toledanos. De la misma manera una persona puede coger un libro del Polígono y devolverlo aquí.
¿Y actividades conjuntas?
Tuvimos una reunión la pasada semana en la que se habló de avanzar en más actividades conjuntas. Por ejemplo, el día del Libro organizar actividades de forma unificada. También queremos que con el tema de las leyendas y los jóvenes, participen. Deberíamos de diseñar los programas de actividades con independencia de la administración titular.
¿Considera que es necesario ampliar la oferta de bibliotecas municipales en Toledo?
Las bibliotecas es una asignatura pendiente en esta localidad. Cuando se creó la Asociación de Vecinos El Tajo, por ejemplo, no había colegio ni instituto, pero sí una biblioteca. Ahora mismo, hay todo tipo de centros educativos y de salud, pero en bibliotecas no se ha avanzado, siguen igual que en aquél entonces. Y eso es imagen de lo que ha ocurrido en todo el país. Se han desarrollado bibliotecas municipales pero no al ritmo que otros servicios públicos. Yo entiendo que las bibliotecas son un derecho constitucional para los ciudadanos y no se han desarrollado. Guadalajara es la única capital de provincia de este país que no tiene biblioteca municipal y es una obligación.
En el barrio de El Polígono por ejemplo... ¿Qué hace falta?
Una biblioteca para 25.000 habitantes tiene que tener un horario de mañana, tarde y sábados. Y el resto de bibliotecas municipales también necesitan ese horario. Porque tienen públicos distintos y no todos van a la misma hora. Pero insisto que el colmo en bibliotecas municipales es Guadalajara. Han pasado por la ciudad gobiernos de todos los colores y ninguno ha hecho nada.
¿Habría que seguir el modelo catalán siempre alabado por sus bibliotecas de barrio?
Sí. Pero es que las bibliotecas son un derecho para los ciudadanos. Por ejemplo, una asociación de vecinos de Guadajara puede impugnar unos presupuestos municipales porque la biblioteca municipal es uno de los servicios obligatorios que debe de prestar un Ayuntamiento y si no lo hace se pueden impugnar  porque se está destinando el dinero a cosas que no están entre sus fines.
En épocas de crisis, como las pasadas, es imposible no  hablar de recortes en el presupuesto.
Lo más importante de esta biblioteca es su capital humano. Hubo recortes de interinos, que se incorporan dentro de poco, pero tenemos una plantilla muy consolidad y somos de los centros con más recursos humanos de todo el país, por lo que no me quejo. La crisis nos ha pillado con un fondo muy importante. Este año hemos tenido un presupuesto de 50.000 euros para adquisiciones bibliográficas, cuando yo era jefe de servicios de Bibliotecas el presupuesto que tuvo este centro llegó a ser de 230.000 euros. Bien es verdad que hay bibliotecas con cero euros así que no me quejo mucho. Lo que sí que hemos tenido que hacer ha sido recortes en actividades, pero como trabajamos con mecenazgo muchas de las cosas nos salen a coste cero. Los gastos generales de la biblioteca no se han recortado mucho porque son contratos con empresas que se han mantenido. La verdad es que lamento más los recortes de la red de bibliotecas que los del Alcázar. Todos los problemas que hemos tenido, como la climatización o los ascensores, nos los ha arreglado la consejería.
Hubo un problema con el aire acondicionado este verano. ¿Está completamente arreglado?
Sí. La consejería aprobó el presupuesto de 40.000 euros inmediatamente, tardó mucho en arreglarse porque las piezas tenían que llegar desde Alemania. Además, el Ministerio está haciendo ya un nuevo proyecto para el sistema de climatización que era muy obsoleto. Por otro lado, recientemente acabamos de pedir al ministerio realizar una serie de reformas en el Miradero que también necesitamos.
¿Y respecto a los presupuestos que vienen?
Estamos expectantes yo espero que el nuevo gobierno de Castilla-La Mancha sea consciente de que se necesitan recursos, y no sólo las regionales también las municipales, aunque no sean de su incumbencia. Se tiene que estimular la creación de bibliotecas aunque no tengan obligación. Por ejemplo, la ley de bibliotecas regional establece de deben de existir en localidades de más de mil habitantes, mientras que la normal regional dice que deben de ser de más de 5.000 habitantes. Pero las bibliotecas necesitan recursos no pueden trabajar a costa del voluntarismo del político de turno, eso no vale.
¿Con qué fondos cuenta la Biblioteca actualmente? ¿Con cuáles quiere contar?
La biblioteca siempre ha tenido un presupuesto para fondos de la pública y otros para regionales. Con los recortes sólo podemos comprar novedades y a mí me gustaría poder comprar obras regionales. Tenemos un fondo de 430.000 documentos, pero de ellos sólo 100.000 son de fondo antiguo. Quiero que cada vez tengamos más la función de fondo regional, cosa que ahora no pasa porque no podemos comprar nada de otras provincias. Yo creo que debe de haber un centro que cuándo un investigador quiera localizar una obra, de cualquier provincia, lo tenga, y eso es la biblioteca regional. A nosotros nos gustaría poder tener un presupuesto que nos permita incrementar la colección de todas las provincias. Además, queremos tener más dinero para novedades porque hemos reducido mucho el número de revista y de ejemplares de prensa.
Pero en esa búsqueda de novedades entra en juego las plataformas electrónicas, como ebliblio que se gestiona a nivel estatal.
Sí. Pero las editoriales en el tema de libros electrónicos son muy injustas con las bibliotecas. Cuando nos venden licencias lo hacen para que se pueda utilizar durante un año u sólo ocho o diez descargas. Eso es injusto y miope por parte de los editores. Cuando compramos un ejemplar físico lo tenemos para toda la vida, pero en el caso de ser electrónico es sólo para unas descargas. Los sentidos tienen que ser generosos y no ver a las bibliotecas como competidoras sino como aliadas.
Hemos hablado de socios pero no hemos dado datos concretos.
Estábamos en torno a 45.000 socios lo que supone que más del 50% de los vecinos de Toledo son socios de la Biblioteca Regional. En torno al 30% de los ciudadanos de Castilla-La Mancha tienen un carnet de la red de bibliotecas de la región. Es una cifra importante. De cara a próximos años nos gustaría que el carnet tuviera más posibilidades y es algo que estamos estudiando. Entrar gratis a los museos, tener descuento para tarjeta joven, etc... Los datos son maravillosos, entre el Museo del Ejército con una asistencia de 300.000 personas y nosotros, con cifras similares... 600.000 personas vienen libremente al Alcázar.
Hablamos de mecenazgo. ¿Es posible la privatización de las Bibliotecas?
Yo estaría en contra siempre.
No es una cuestión de posiciones, sino de realidad debido a los grandes recortes culturales...
Yo creo que no va a ocurrir. Afortunadamente hemos visto a nuestro alrededor mucho fuego cruzado con la sanidad o la educación, pero con nosotros se está respetando. Habrá que buscar mecenazgo para programas puntuales pero no para el mantenimiento global del centro. Las bibliotecas publicas son de los ciudadanos y en estas líneas estamos trabajando nosotros. Si es un centro que se paga por los impuestos de los ciudadanos son ellos dueños y debemos de trabajar para ellos.
Hemos hablado de la aparición de la tecnología y de cómo la biblioteca no se puede quedar atrás. ¿Han perdido usuarios desde la aparición de los ebook?
El usuario de la biblioteca sigue siendo fiel al libro en papel pero poco a poco se incorpora al electrónico. Es como la lectura de la prensa. A veces es muy cómodo el digital pero el papel facilita muchas cosas. Yo creo que va a ser posible los dos usuarios y nosotros no podemos estar en contra de la corriente. No podemos ignorar la tecnología tenemos que apostar muy claramente por el ebook pero, al mismo tiempo, compartiéndolo con el libro en papel. Por eso quiero que tengamos un préstamo decente e importante a nivel de libros electrónicos para que la gente siga usando la biblioteca pública. El problema es que las editoriales venden el libro electrónico casi al mismo precio que el papel, entonces cuando lo venden muy barato ya no es novedad. Lo que democratiza la lectura y la información es la biblioteca y por eso debemos apostar por ello. Eso sí, no gracias de gastar todos nuestros presupuestos en libros electrónicos que nos van a durar ocho descargas o un año.





domingo, 6 de diciembre de 2015

Constitución Española y bibliotecas públicas

Constitución Española y bibliotecas públicas


A punto de  abrirse las puertas del siglo XXI,  el Defensor del Pueblo Andaluz,  prestigiosa institución,  proclamó en un informe sobre las Bibliotecas Públicas Municipales de Andalucía el derecho de todos a acceder a la cultura. Lo hacía precisamente tomando como base el artículo 44.1 de la Constitución Española de 1978: “Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho”. Ese Informe Especial al Parlamento  fue un fuerte detonante sobre la situación de las bibliotecas públicas en Andalucía y, en general, en España y reflejaba dramáticamente la desigual situación de este servicio público, demasiadas veces todavía obsoleto y con precariedad de  personal, débiles presupuestos y colecciones y en muchos casos con falta de estabilidad y penetración social. El estudio se realizó en una franja de población (localidades de más de 5.000 habitantes) que tiene legalmente, por la Ley de Bases de Régimen Local, obligación de crear y mantener el servicio de biblioteca pública.
            La denuncia del Defensor del Pueblo Andaluz no encontró demasiado eco ni sirvió de estímulo para que desde Instituciones similares se luchase por resolver  este problema histórico en España. Quince años más tarde, en distintas jornadas profesionales y estudios, constato que, aunque se han experimentado  indudables avances, las desigualdades entre los ciudadanos, regiones y localidades no sólo no se resuelven sino que se agrandan en la prestación de este servicio público. A pesar de promulgarse la ley 10/2007, de 22 de junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas, largamente esperada, esta legislación no resolvió los problemas históricos de las bibliotecas españolas. No hubo voluntad política para hacerlo.
Transcurridos 37 años de nuestra Constitución, reitero el derecho de todos los españoles a disponer de servicios bibliotecarios públicos. No podemos olvidar que esta referencia constitucional hacia un derecho fundamental (la cultura) para justificar la necesidad de que exista un buen sistema bibliotecario público  puede y debe ampliarse a otros artículos. Si las bibliotecas son centros para la información, la cultura, la educación permanente  y el ocio,  podemos afirmar que las funciones asignadas en nuestro tiempo a la Biblioteca Pública justifican que se recuerden, junto al derecho a la cultura,  otros derechos fundamentales de nuestra Constitución: el  Derecho a la información (“a comunicar o recibir información veraz por cualquier medio de difusión”, art. 20.1) y el Derecho a la educación (“Todos tienen el derecho a la educación”, art. 27.1)       

            Indudablemente, los servicios bibliotecarios han mejorado en España en las últimas décadas de forma continua, pero en plena Sociedad de la Información y del Conocimiento, la biblioteca pública no acaba de ser considerada un servicio básico para la sociedad española y se mantiene como un  servicio secundario, de segunda fila. Ello explicaría que tres millares de municipios españoles carezcan de servicios bibliotecarios y que especialmente en las bibliotecas de menor población la biblioteca sea un servicio que se presta por el voluntarismo de autoridades municipales y la pasión de los profesionales El desarrollo bibliotecario de nuestro país, especialmente en regiones como Cataluña, Navarra, País Vasco y Castilla-La Mancha, no oculta las deficiencias existentes todavía en los servicios de biblioteca pública. La diversidad y desigualdad entre las diferentes Comunidades Autónomas se suma a la distancia que nos separa en términos nacionales de los países más avanzados de nuestro entorno. Y esas diferencias se visibilizan también entre las provincias de las regiones: en Cataluña, por ejemplo, nada que ver la situación de la provincia de Barcelona, gracias a la acción de su Diputación, con las restantes provincias, que tienen indicadores muy graves en cuanto a municipios sin servicio. Por cierto, que Cataluña lleva años que se permite no aportar los datos estadísticos de sus servicios bibliotecarios al sistema nacional, lo que me parece gravísimo.
Pero si los indicadores estadísticos son preocupantes, es más grave la falta de una política de Estado para afrontar el reto de las bibliotecas públicas y garantizar este derecho constitucional a todos los españoles. Estos tres pilares que constituyen la misión de la biblioteca pública (cultura, información y educación permanente) no han logrado convertirse jurídicamente en un  derecho que revierta en la universalización o democratización del acceso de los españoles a servicios de biblioteca pública.
Soy defensor del Estado de las Autonomías, pero debo recordar que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte tiene un papel esencial en la resolución de estas desigualdades: “El Estado tiene competencia exclusiva sobre…la regulación de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de los derechos…” (art. 149.1.1ª), que incluso “… podrá dictar leyes que establezcan los principios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las Comunidades Autónomas, aun en el caso de materias atribuidas a la competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general…” (art. 150.3).
            Recientemente fui invitado por el Ministerio a una reunión de expertos para avanzar en la redacción del segundo Plan Estratégico del Consejo de Cooperación Bibliotecaria. Propuse, y así se acordó, incluir la puesta en marcha de un grupo de trabajo que abordase propuestas para  avanzar en la eliminación de estas desigualdades y hacer posible que todos los españoles tengan garantizados servicios bibliotecarios, como ocurre con la sanidad y la educación. Pero esa medida necesitará el consenso del Pleno del Consejo, en el que están representadas la totalidad de administraciones públicas y otras entidades singulares vinculadas a las políticas de lectura y bibliotecas.

            En el Día de la Constitución, y a las puertas de unas elecciones generales fundamentales para nuestro país, hago un llamamiento a la totalidad de los partidos políticos para que incluyan medidas relacionadas con  las bibliotecas públicas para que este servicio llegue a todos los españoles y se garantice que España esté en la vanguardia de los servicios bibliotecarios.